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 ¿Qué coche aparqué aquí?



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Cuerpo del artículo:

No olvides que eres el dueño de ese maravilloso Chevrolet Venture; así que sujete bien lo único que lo movería: su llave. Soy un orgulloso propietario de este gran modelo, y este llavero Chevrolet Venture es un compañero perfecto que me recuerda constantemente la respuesta a la pregunta "¿Cuál es el tuyo en este mar de autos estacionados?"


Las llaves están diseñadas para mantener seguros nuestros objetos de valor. Pero perder nuestra llave es tan molesto como que nos roben nuestras cosas a veces. Ser propietario de un Chevy Venture me enorgullece con esta insignia: un llavero de cuero con una placa plateada redonda grabada con el nombre del modelo. Refleja la personalidad de mi coche (¡y la mía también!). Cuando esta preciada posesión se perdió, sentí que me iba al infierno en una semana.


Antes no tenía problemas para explicarle a un encargado del estacionamiento qué auto es el mío porque mi llavero tiene grabado el modelo exacto de mi auto. Con solo una mención de la ubicación aproximada, como "Está estacionado en la segunda fila al lado de la entrada sur" y estoy bastante seguro de que lo encontraría muy rápido. Dentro de esa semana, tuve esta mala experiencia al darle al asistente del automóvil mi llave duplicada adjunta a un llavero Mitsubishi. El encargado del estacionamiento me lanzó una mirada aguda y sospechosa. Casi perdí la calma para decirle: “¡No me mires así! ¡Tengo todos los papeles de registro aquí!”


Cuando se me ocurrió la idea de encontrar un reemplazo, busqué el artículo en Google y mis ojos inmediatamente captaron la imagen de un fino llavero de cuero negro con mi Chevy Venture. Es una réplica no tan exacta de la que perdí, es un poco más pequeña con tres pulgadas de alto y 1 1/4 pulgadas de ancho. Todavía presenta el logotipo de Chevrolet y el nombre del modelo "Venture" resaltado sobre una placa redonda plateada con un fondo de plástico blanco brillante.


Cada vez que recuerdo mi experiencia con el encargado del estacionamiento, mis manos se mueven involuntariamente para tocar mis bolsillos. Me alegro de que mi nuevo llavero todavía esté allí.


Aquí hay otra anécdota divertida para que valores más tu llavero: cené con mi jefe en un restaurante del centro cuando llovió como la época de Noé. Aparcamos su coche justo en frente del restaurante. Atrapados bajo la lluvia después de la suntuosa comida, nos vimos obligados a esperar en el vestíbulo ya repleto durante aproximadamente una hora. No tenemos paraguas porque estos se quedaron dentro del auto. Mi pobre jefe ya está furioso, corrió a su auto con una carpeta de plástico en la cabeza. Ya estaba empapado y, sin embargo, no puede abrir la puerta. Cuando volvió a donde yo estaba esperando, se reía a carcajadas y pensé que se había vuelto loco. Me susurró: “¡Dios mío! ¿Qué hubiera pasado si el dueño de ese auto me viera? Podría haber pasado la noche en la cárcel. Nuestro viaje está detrás del automóvil que estaba tratando de abrir como un ladrón”.


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